domingo, 3 de marzo de 2013

Cómics: Davodeau / Pedrosa

 
LOS IGNORANTES, Relato de una iniciación cruzada - Étienne Davodeau
Ediciones La Cúpula, Barcelona 2012 - Tapa dura, 20 x 28 cm. 273 páginas
Étienne Davodeau es un autor de cómic que no sabe casi nada del mundo del vino. Richard Leroy es un viticultor que casi no ha leído cómics. Pero los dos están rebosantes de buena voluntad y de curiosidad ¿Por qué alguien decide consagrar su vida a dibujar cómics o a producir vino? ¿Cómo y para quién se hacen? Para responder a estas preguntas, durante más de un año Étienne se ha ido a trabajar a los viñedos y a la bodega de Richard, quien, a su vez, se ha sumergido en el mundo del cómic. Han abierto muchas botellas y leído bastantes cómics. Se han paseado en busca de autores y viticultores apasionados por su oficio. Étienne Davodeau apuesta a que hay tantas formas de realizar un libro como de producir vino. Constata que ambos tienen ese poder, necesario y precioso, de unir a los seres humanos. Los ignorantes nos propone el feliz relato de esta iniciación compartida. (De la contraportada).
 
Estas Navidades mi hermano y mi cuñada me han sorprendido con el estupendo regalo de Los ignorantes. Tras la lectura, y siguiendo su recomendación, me he agenciado Portugal (Premio FNAC, Festival Internacional del Cómic de Angoulême 2012) del que también he dado buena cuenta. Ambos han sido un auténtico disfrute.
 
A lo largo de mi vida de lector empedernido no he prestado especial atención al cómic. Hago memoria y reviso mi biblioteca... los TBO de la infancia: Zipi y Zape (Escobar); Mortadelo y Filemón, 13 Rue del Percebe, El botones Sacarino, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio (todos ellos de Ibáñez); algún Roberto Alcázar y Pedrín (Juan Bautista Puerto y Eduardo Bañó) y El Guerrero del Antifaz (Manuel Gago), pero más de El capitán Trueno (Víctor Mora y Ambrós) y su autocompetencia El Jabato (Victor Mora y Francisco Darnís) comprados en los quioscos de San Francisco. Ya en la adolescencia no me perdí ningún Tintín (Hergé) y ningún Astérix (Goscinny y Uderzo), y tampoco algún Lucky Luke (Morris y Goscinny). Por influencia de mi tío Rafael coleccioné los fascículos de Los Forrenta, La Constitución, Historia de Aquí y Forges '82 (todos ellos de Forges). Y de adulto, "cómics de adultos": las historietas eróticas de Horacio Altuna y Milo Manara (ver aquí entrada con reseña de Los Borgia) y los Valentina, Historia de O y La Venus de las Pieles (de Guido Crepax). Veo también en las estanterías una adaptación del Drácula de Stoker/Coppola firmada por Thomas, Mignola y Nyberg y un precioso libro de retratos de artistas de Tullio Pericoli, regalo de mis padres.
 
El cómic, la historieta, nace como fenómeno de masas en la prensa estadounidense de finales del XIX. Desde que también se ha puesto a dibujar la realidad lo llamamos "novela gráfica". Con un lenguaje distinto al puramente literario, cinematógrafico o fotográfico/pictórico, aunque sirviéndose de todos ellos, fondo y forma se entremezclan ofreciendo nuevas posibilidades expresivas para narrar y emocionar.
 
Al que le interese el tema le recomiendo el artículo de ElPaís Semanal del pasado 10.02.13 Un paseo de cómic con Max, artista invitado al estand de ElPaís en Arco.
 
PORTUGAL - Cyril Pedrosa
Norma Editorial, Barcelona 2012 - Tapa dura, 23,5 x 31 cm. 263 páginas
Simon Muchat es un dibujante de cómics en plena crisis. Después del éxito de su primer libro, sufre un bloqueo que le impide volver a escribir. Este bloqueo lo está destruyendo todo: su trabajo, su vida personal, sus ilusiones... Hasta que recibe la invitación para asistir a un festival de cómics en Portugal, el país de los veranos de su infancia. Allí renacerán en él las ganas de vivir y de crear. Sus colores, sus olores, su idioma, todo se conjura para que Simon decida retomar las riendas de su vida y descubrir el misterio que esconde su familia, originaria de Portugal, y muy distanciada por motivos que se pierden en la bruma de los años. Cyril Pedrosa, autor de Tres sombras, regresa con una historia intimista y poética sobre la familia y la identidad, con un dibujo que ha despertado la admiración de crítica y público en Francia. (De la contraportada).
 

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