lunes, 30 de abril de 2012

El nacimiento del tiempo


Estos días atrás, el profesor de Lengua y Literatura D. Antonio Burgos citaba a San Agustín en unas breves pero emotivas palabras que de forma improvisada nos dirigió a los reunidos en el porche del patio del Instituto Zurbarán de Badajoz para celebrar los más de 25 años transcurridos desde que abandonamos sus aulas tras cursar el Bachillerato y el COU: "¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicarlo a quien me lo pregunta, no lo sé" *.

Acabo de terminar la lectura de "El nacimiento del Tiempo" (Tusquets Editores, Colección Fábula nº 339, Enero 2012, Rústica, 98 páginas) de Ilya Prigogine, eminente físico y químico, investigador y profesor universitario belga de origen ruso (Moscú 1917 - Bruselas 2003) que fue galardonado con el Premio Nobel de Química en 1977. Prigogine, además de hombre plenamente dedicado a su profesión ha sido un gran humanista: "La verdad es que yo mismo me siento un ser híbrido, interesado por las dos culturas: las ciencias humanísticas y las letras por un lado, y las ciencias llamadas exactas por el otro". Una de sus pasiones ha sido el tiempo y todo lo que este concepto conlleva: su origen en el universo, su posible irreversibilidad, el futuro del cosmos...

El mencionado librito transcribe dos conferencias impartidas en Milán y Roma en 1984 y 1987 sobre el nacimiento del tiempo y su papel creativo. Son exposiciones claras y brillantes, accesibles para cualquiera y de total actualidad pese a los últimos avances en astrofísica y cosmología. También incluye una completa nota biográfica y una extensa entrevista que nos servirán para conocer la vida, las ideas y los notables logros del autor.

A continuación intento hilar un texto ordenado que resuma el discurso expuesto por Prigogine a lo largo de las páginas de este libro, atreviéndome incluso con alguna anotación personal.

Ya hace aproximadamente 2.500 años que Aristóteles expresó en su obra "Física" la que parece continúa siendo la mejor definición del tiempo: "es el número, o la medida, del movimiento según el antes y el después". Pero para Aristóteles, como para la mayoría de los filósofos antiguos y medievales, la palabra movimiento equivalía a cambio: decían que todo lo que cambiaba se movía de la potencia al acto, es decir, de la posibilidad a la realidad. Por tanto, en un sentido amplio, el tiempo sería la dimensión del movimiento o del cambio y si nada cambiara o se moviera no habría tiempo.

Es el observador, el hombre, la conciencia, lo que crea el tiempo, el cual no existiría en un universo sin hombres y sin conciencia. Incluso podríamos añadir que sin conciencia tampoco existiría el universo.

Pero el tiempo, ¿tiene un inicio? Volviendo a Aristóteles, tras un análisis sobre el instante, concluía con la tesis de que el tiempo es eterno, y que en realidad no se puede hablar de que tuviera un inicio. Hoy convenimos, según el modelo estándar, que el inicio del tiempo y del espacio es el Big Bang y que por tanto es el universo el recipiente del espacio y del tiempo. Podemos reconstruir lo sucedido a partir de esta singularidad pero gran parte del esfuerzo científico actual se concentra en determinar lo acontecido en este primer instante del universo.


Mas corrige Prigogine: ¿Cómo ha aparecido el tiempo en el universo? ¿En el momento del Big Bang? Me gustaría tratar de mostrar como en cierto sentido el tiempo precede al universo; es decir que el universo es el resultado de una inestabilidad sucedida a una situación que le ha precedido; en conclusión, el universo sería el resultado de una transición de fase a gran escala.

Trata a continuación de la gravitación y el calor, y de la entropía, que según el segundo principio de la termodinámica,  tiende a incrementarse con el tiempo: disipación de la energía, evolución hacia el desorden, irreversibilidad de las reacciones químicas y de los fenómenos biológicos. Pero la producción de entropía contiene siempre dos elementos dialécticos: un elemento creador de desorden (desequilibrio) pero también un elemento creador de un nuevo orden (equilibrio) siempre ligados. Así, la evolución del universo no ha sido en la dirección de la degradación sino en la del aumento de la complejidad.

Si se acepta esta dualidad de energías positiva y negativa, se puede concebir un universo con energía total nula: la energía de la materia compensa la de la gravitación y la energía total permanece constante, como se verifica por otro lado en el caso del vacío absoluto en el que no hay ni materia ni gravitación. El universo, como nosotros lo vemos, es entonces el resultado de una transformación irreversible, un "desacoplamiento" que produce un campo de gravitación y un campo de materia, y proviene de "otro estado físico". El nacimiento de nuestro tiempo no es, pues, el nacimiento del tiempo. Ya en el vacío fluctuante preexistía el tiempo en estado potencial. En este sentido, el tiempo no ha nacido con nuestro universo: el tiempo precede a la existencia, y podrá hacer que nazcan otros universos.

A partir de aquí hay que pensar el universo como una evolución irreversible: el tiempo, en cuanto reversibilidad, es ilusión. Debemos proponer la imagen de un universo en el cual la organización de los seres vivientes y la historia del hombre ya no son accidentes extraños al devenir cósmico, y considerar el tiempo como aquello que conduce al hombre y no al hombre como creador de tiempo: la vida es el tiempo que se inscribe en la materia. Y no podemos prever el porvenir de la vida, o de nuestra sociedad, o del universo; la lección del segundo principio de la termodinámica es que nunca podemos predecir el futuro de un sistema complejo, que este porvenir permanece abierto, ligado como está a procesos siempre nuevos de transformación y de aumento de la complejidad: el tiempo es creación.


(*) "¿Qué es, pues, el tiempo? ¿Quién podrá explicar esto fácil y brevemente? ¿Quién podrá comprenderlo con el pensamiento para hablar luego de él? Y, sin embargo, ¿qué cosa más familiar y conocida mentamos en nuestras conversaciones? Y cuando hablamos de él, sabemos sin duda qué es, como sabemos o entendemos lo que es cuando lo oímos pronunciar a otro. Quid ergo est tempus? Si nemo ex me quaerat, scio; si quaerente explicare velim, nescio. ¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo a quien me lo pregunta, no lo sé. Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase, no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría tiempo presente. Pero aquellos dos tiempos, pretérito y futuro, ¿cómo pueden ser, si el pretérito ya no es y el futuro todavía no es? Y en cuanto al presente, si fuese siempre presente y no pasase a ser pretérito, ya no sería tiempo sino eternidad. Si, pues, el presente para ser tiempo es necesario que pase a ser pretérito, ¿cómo deciros que existe éste, cuya causa o razón de ser está en dejar de ser, de tal modo que no podemos decir con verdad que existe el tiempo sino en cuanto tiende a no ser?”. Agustín de Hipona, Confesiones Libro XII.

sábado, 28 de abril de 2012

Femenina proportione

 

Florence Colgate ha sido galardonada con el título de la cara más proporcionada y perfecta del mundo. Compitió contra otras ocho mil chicas en un certamen organizado en Gran Bretaña por una cadena de televisión y una firma de cosméticos. Las participantes debían presentarse sin maquillaje y quedaban fuera del concurso las que estuvieran operadas o se hubieran inyectado botox.

Además de su melena rubia, tez blanca, ojos azules, pómulos levemente marcados y labios carnosos, los jueces valoraron la simetría y dimensiones ideales de su rostro: la distancia entre las pupilas debe ser equivalente a menos de la mitad del ancho total del rostro, en su caso a = 44% b, y además la distancia entre los ojos y la boca debe ser un tercio de la longitud entre la barbilla y el nacimiento del cabello (por fin entiendo porqué resultan tan feas las calvas de mentón pronunciado), en su caso c = 32,8% d, lo que ya ven ustedes que dada mi naturaleza desconfiada me he tomado la molestia de comprobar.

Florence Colgate, de 18 años, vive actualmente en Dover, al sureste de Inglaterra. Está en el último año de la escuela secundaria y todos los sábados trabaja en un puesto de venta de pescado y patatas fritas llamado “Middle Street Fish Bar”.

A continuación les muestro un detalle de la fotografía ampliada; convendrán conmigo en que tampoco es para tanto: el ojo izquierdo es más pequeño que el derecho, la boca está levemente torcida y uno de los surcos nasogenianos resulta marcado en exceso. Al final resultarán ciertos los rumores de que el presidente del jurado se empeñó en valorar también sus senos rotundos y sus piernas largas y bronceadas, amén de su aroma a pescado fresco de los sábados por la noche.

 

Viene al caso la inclusión en este mismo post de la siguiente fotografía para que ustedes puedan comparar y valoren la total "desproporción" de la figura de Madonna. "La galería neoyorkina Bonhams la saca a subasta y espera que su venta supere los 6.000 euros. La instantánea de la cantante fue tomada en 1990, tenía entonces 32 años, por el fotógrafo de "Vogue" Steven Meisel y quedó descartada del libro que Madonna publicó en 1992. En las páginas de "Sex", se sucedían textos escritos por la reina del pop, en los que descubría sus fantasías y reflexiones sexuales, con fotos que llegaron a describirse por la crítica como pornográficas y sadomasoquistas". (Del periódico Hoy).

Para todos aquellos que necesiten verificar el alcance de tamaña
"desproporción" (y además, fumando) dejo el siguiente enlace:

sábado, 21 de abril de 2012

Elogio de la gordura


El pintor y escultor colombiano Fernando Botero (Medellín, 19 de abril de 1932), que acaba de cumplir 80 años, es el más reconocido y cotizado artista vivo latinoamericano. "Botero: una celebración", desde hace un mes en el Palacio de Bellas Artes de México DF, recopila 177 obras en la mayor muestra de su carrera artística realizada hasta la fecha.

Su original estilo figurativo con personajes de volumetría exagerada es reconocido por todos. Aunque en su obra más reciente Botero denuncia los horrores de la tortura, su variada temática abarca desde retratos de hombres y mujeres en su cotidianeidad, figuras y hechos históricos, reinterpretaciones de clásicos del arte, hasta objetos, animales y paisajes, siempre ejecutados con vivo colorido. Su crítica mirada detallista es irónica o mordaz al mismo tiempo que ingenua y tierna.

Dicen los médicos que la esperanza de vida de los gordos es menor que la de los magros. Pero contemplando estas pinturas a mí me parece que los tiempos de sus escenas son más demorados y sus vidas parecen transcurrir más lentas y apacibles.

Dejo aquí alguna de las clásicas gordas del pintor para quienes como Gurruchaga así las prefieren. Exceso de formas y mórbido desparrame: Fernando Botero el artista que ensalza la gordura.


sábado, 14 de abril de 2012

República


República por Manuel Vicent (El País, domingo 17 de abril de 2011).

Existen reservas naturales a las que no se puede acceder sin un permiso especial y gracias a la protección de las leyes, algunas islas, ciertos parajes, se mantienen todavía incontaminados. Esos espacios preservados sirven entre otras cosas para purificar también nuestra mente por el solo hecho de viajar a ellos con el pensamiento. Aunque sea imposible llegar al corazón virgen de la naturaleza, para sentirse igualmente limpio basta con imaginar que en algún lugar del planeta aún quedan ríos azules, valles intactos no especulados y montes donde subsisten las mismas plantas autóctonas desde el cuaternario. En cierto sentido la Segunda República es también una reserva política que habita en la mente de muchos españoles sin la necesidad de volver a ella sino con la imaginación, como un ejercicio regenerador y didáctico. La República supuso en la historia de España una corriente de aire puro de renovación basada en la inteligencia, en la libertad, en la cultura y en la justicia social, que terminó en un baño de sangre. Aunque para algunos ciudadanos la Constitución de 1931 fuera un hecho nefasto, la causa de toda desdicha, aquella aspiración de modernidad frustrada por la violencia fraticida supone para otros españoles un hito nostálgico, como un amor perdido de juventud. Pero por fortuna el recuerdo de la Segunda República estará siempre asociado a las flores de acacia de mitad de abril, a la Niña Bonita del azar, a una primavera inevitable, que se renueva cada año como un lugar iniciático adonde uno debe volver para regenerarse políticamente. Sin duda el recuerdo de aquel tiempo está dorado por el polvo amarillo. Puede que aquellos próceres republicanos que venían del regeneracionismo con el empeño de una España europeísta, laica, racional y progresista fueran unos ingenuos cuyo sueño se vió devorado por las fuerzas ancestrales de la España negra, pero su estela quedó en supensión en la atmósfera y cada abril se posa en el inconsciente colectivo. Si la República es hoy una meta inalcanzable, no por eso deja de ser una reserva espiritual, un paradigma político de la memoria, lo mismo que ese territorio imaginario donde se extienden litorales todavía vírgenes y discurren ríos azules en cuyas aguas es obligado volver siempre a bañarse.

Alegoría de la República Española de Teodoro Andreu (1931)

Azaña sin hache


(A la presencia de una ausencia)

     Manuel Azaña Díaz, nació en Alcalá de Henares el 10 de enero de 1880 en una familia de sólida posición económica y con presencia en la política local y en la vida intelectual de la ciudad. Segundo de cuatro hermanos, huérfano de padre y madre, vivió su infancia y juventud en casa de su abuela paterna. Alumno de buenas notas, se recuerda como "un devorador de libros". Comenzó los estudios de Derecho interno en el Colegio María Cristina de El Escorial, que abandonó tras sufrir una crisis religiosa, continuándolos en casa y examinándose por libre en la Universidad de Zaragoza, dónde obtuvo la licenciatura con sobresaliente (1898). Se trasladó a Madrid y trabajó de pasante en un despacho de abogados mientras realizaba los cursos de doctorado en la Universidad Central, obteniendo el título también con sobresaliente (1900).
     Volvió a Alcalá para dedicarse a la gestión de los negocios familiares pero el fracaso de los mismos lo llevó de nuevo a Madrid para opositar a Auxiliares en Registros y Notariado, obteniendo plaza con el número uno (1910) llegando tras posteriores ascensos a ser nombrado Oficial Jefe del Cuerpo Técnico de Letrados del Ministerio de Gracia y Justicia (1929).
     Paralelamente a su tarea como funcionario desarrolló una intensa labor intelectual: cursos de Derecho en París, socio de la Academia de Jurisprudencia y del Ateneo de Madrid, colaborador en varias revistas literarias, crítico, conferenciante y notable periodista y escritor.
     Afiliado desde 1913 al Partido Reformista presidido por Melquíades Álvarez, en 1925 fundó Acción Política, agrupación progresista y republicana que se constituyó en partido político en 1930 con el nombre de Acción Republicana (moderado izquierdismo, autonomismo, laicismo, compromiso con la reforma agraria y la reforma del Ejército). Integrado en la Alianza Republicana, participó en el Pacto de San Sebastián para derrocar la Monarquía de Alfonso XIII, y se implicó en la construcción y consolidación de la II República, formando parte del Gobierno Provisional que se hizo cargo del país tras la salida de España del Rey.
     El 12 de Abril de 1931 la coalición republicano-socialista triunfó en las elecciones generales. Acción Republicana obtuvo 30 diputados y enseguida se convirtió, a pesar de su relativamente escasa fuerza parlamentaria, en una formación central de los Gobiernos de la República hasta 1933. Manuel Azaña fue Presidente del Gobierno Provisional de la República entre octubre y diciembre de 1931 y Presidente del Consejo de Ministros entre diciembre de 1931 y septiembre de 1933, además de Ministro de Guerra entre abril de 1931 y septiembre de 1933.
     Tras la derrota de los republicanos de izquierda en las elecciones de 1933, a las que habían concurrido en solitario, el partido se fusionó con otros grupos para formar Izquierda Republicana en abril de 1934, también bajo el liderazgo de Azaña. Integrada en el Frente Popular, Izquierda Republicana consiguió 87 diputados en las elecciones del 16 de febrero de 1936, siendo el tercer grupo parlamentario de las Cortes, tras el PSOE y la CEDA. Entre febrero y mayo de 1936, Manuel Azaña volvió a ser Presidente del Consejo de Ministros y tras la destitución de Niceto Alcalá-Zamora, en mayo de 1936 fue elegido presidente de la República, cargo que mantuvo hasta su dimisión en febrero de 1939. Murió en Montauban, Francia, el 3 de noviembre de 1940.
(De la Wikipedia, resumen)  
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Su biografía de referencia es Vida y tiempo de Manuel Azaña 1880-1940 del historiador Santos Juliá (en bolsillo, Santillana Punto de Lectura 421/1): "La lectura de Azaña despertó mi interés por nuestra reciente historia, tan recusada por una generación que había recibido desde escuelas, púlpitos y tribunas el gran relato de la cruzada de una España verdadera contra otra España que no lo era, sino Anti-España... ¿Cómo fue posible que en la España de los años treinta, de la República y de la Guerra Civil, alguien dijera esas cosas y las dijera así?... Merecía la pena  leer a Azaña porque un pasado que nos cortó abruptamente la guerra de nuestros padres, se convertía, al descubrir su palabra, en un tiempo digno de ser descifrado, un pasado en el que era preciso hurgar porque en él podían encerrarse algunas de las claves para una cabal comprensión de la miseria que nos había tocado en el presente".

Discursos políticos -La oratoria perdida- edición de Santos Juliá en Crítica, es una selección de los mejores discursos de Azaña, explicando las circunstancias y razones que venían a servir: "Azaña ha sido el orador parlamentario más insigne que ha conocido España / Razonamientos rigurosos con aquella perfección verbal / Un orador que habla como si estuviera escribiendo, con la precisión, la riqueza y la elegancia del lenguaje escrito / El más insigne orador parlamentario y el más oído de los oradores a cielo abierto / Emilio Castelar ha encontrado su paradigma, cumbre de la oratoria española / Elevada calidad formal, riqueza de léxico, pulcritud y corrección en la sintaxis, claridad y fuerza en la dicción, consistencia en la arquitectura / El esclarecimiento de la razón en un clima de alta emoción / Afirmaciones incisivas e hirientes, dialéctica demoledora y fascinante, capacidad para convencer, subyugar y arrastrar a las masas / Lógica irrefutable, su rico y exacto vocabulario, la originalidad y profundidad de su pensamiento, la hondura de su perspectiva histórica, la perfección sintáctica de sus largas y perfectamente equilibradas frases / Discursos políticos embebidos de historia, con el propósito de comprender la situación actual pero especialmente de actuar sobre ella". Son las opiniones de Madariaga, Araquistáin, Alcalá-Zamora, Marañón, Mahura, Sedwick, Cossío, Valle-Inclán, Bello, Ortega y Gasset... sus contemporáneos y algunos de ellos también sus adversarios políticos.

Azaña fue uno de los políticos y oradores más importantes en la política española del pasado siglo XX. Sus Memorias, Cartas, Discursos y sobre todo sus Diarios son documentos únicos para el conocimiento de su momento histórico. Pero además fue un notable periodista y escritor. Galardonado con un Premio Nacional de Literatura en 1926 por su biografía La Vida de Juan Valera, sin embargo su obra más conocida es La velada en Benicarló -Diálogo de la Guerra de España-, aquí en edición de Manuel Aragón, Castalia: "Uno de los mejores escritos de su autor, es, además de un libro de historia, una crónica de la guerra civil y el testamento político de Azaña. En ella se contiene un resumen de su pensamiento liberal democrático, una exposición de las causas y motivos de la guerra civil y se levanta acta de las diferentes actitudes políticas en conflicto, con gran objetividad y honradez".

sábado, 7 de abril de 2012

Con bolígrafo BIC

El impactante hiperrealismo de Juan Francisco Casas Ruiz (La Carolina, Jaén, 1976) se muestra desde el pasado mes en la exposición colectiva Alternative de la Galerie Seine 51 de París. Su obra más característica, que ha cosechado importantes éxitos internacionales, son dibujos de gran formato realizados con bolígrafos BIC y rotuladores Edding sobre papel.

THEITALIANDREAM#1 - Bolígrafo BIC sobre papel, 26 x 40 cm (2010)

THEITALIANDREAM#2 - Bolígrafo BIC sobre papel, 26 x 40 cm (2010)

THEITALIANDREAM#3 - Bolígrafo BIC sobre papel, 26 x 40 cm (2010)

Como esperando abril

El post anterior termina grave en exceso. Pero dejemos atrás el invierno que llega la primavera, me dije; y se me vinieron a la cabeza los versos de Silvio Rodríguez:

Mucho más allá de mi ventana
mi esperanza jugaba
a una flor, a un jardín,
como esperando abril.


Navegando para encontrar el origen de esta canción me entero que el tema "Como esperando abril" pertenece a Días y Flores (1974), primer álbum del cantautor cubano, y que en España, debido a la dictadura franquista (OK), hubo que cambiar el nombre del disco por Te Doy una Canción, ya que se censuraron los temas "Santiago de Chile" y "Días y flores"; estas dos canciones fueron sustituidas entonces por "Madre" y "Te doy una canción". Después de la caída de la dictadura (NOK, mejor decir tras la muerte de Franco), las dos canciones fueron agregadas de nuevo por lo que las nuevas ediciones en España de Te doy una canción (Días y Flores) tienen trece canciones en lugar de las once del disco original.

En "Días y Flores" la profunda alegría del amor y la vida se ve enturbiada por la rabia ante las injusticias del mundo, "la rabia simple del hombre silvestre / la rabia bebo pero no me mojo / la rabia -coño- paciencia, paciencia / la rabia es mi vocación". No me extrañaría que ese "coño" fuera suficiente para un censor enrabietado.

Con el tema "Santiago de Chile" la cosa está más clara; dice Silvio "allí yo tuve un odio una vergüenza / y el deseo de cambiar cada cuerda / por un saco de balas" (parafraseando aquello de "si mi pluma valiera tu pistola" que Machado le dedicara a Líster, Jefe en los Ejércitos del Ebro, en 1938). También su hermano gemelo Pablo Milanés -Silvio y Pablo, son los Hernández y Fernández de los cantautores cubanos- se hizo eco de lo sucedido en Chile: "Yo pisaré las calles nuevamente / de lo que fue Santiago ensangrentada / y en una hermosa plaza liberada / me detendré a llorar por los ausentes".

Y es que Salvador Allende, empeñado en el intento de establecer en Chile un camino democrático no revolucionario hacia un estado socialista, acababa de ser suicidado en el ataque con tanques y aviones perpetrado contra el Palacio de La Moneda en Santiago por las Fuerzas Armadas al mando del Augusto general Pinochet, que se perpetuaría al frente de una dictadura durante los 17 años siguientes.

(Recordemos que a este Pinochet, en octubre de 1998, nuestro juez Garzón -antes de ser prevaricador- le metió un susto de muerte al conseguir su arresto por Scotlan Yard en Londrés, a donde el dictador se había trasladado para una operación de hernia discal, mediante una petición de extradición por la muerte y tortura de ciudadanos españoles durante su mandato y por crímenes contra la humanidad).

En los setenta Cuba era otra cosa. Nuestros sueños se vestían con vaqueros yanquis de perneras acampanadas y camisas de cuadros con cuellos de amplios alerones listos para echar a volar. Y escuchábamos con igual embeleso a los Beatles que a los cantautores, que bordaban unos estupendos poemas de amor con puntaditas políticas.

Hoy día los golpes de estado son incruentos. Como dice mi amigo Discrepante, "Los Mercados" nos colocan a tecnócratas en los gobiernos porque es la economía la que guía la política. Probablemente lo mismo que antes, lo mismo de siempre. Y es que, como cantaba mi paisano Pablo Guerrero, "ellos seguirán dormidos en su cuentas corrientes de seguridad, planeando vender la vida y la muerte y la paz". Y es que, todavía, "tiene que llover a cántaros" a ver si nos aliviamos de esta pertinaz sequía.

jueves, 5 de abril de 2012

Diario de invierno


Acabo de terminar la lectura de Diario de invierno, el último libro del norteamericano Paul Auster (editorial Anagrama, colección Panorama de Narrativas nº 799). El anterior, Sunset Park, me lo salté a la vista de algunas críticas negativas que aparecieron tras su publicación.

Auster no cree en la causalidad sino en el azar, la "música" de fondo que todo lo cohesiona. Su narrativa es sencilla, fluida y directa pero la estructura de sus novelas es compleja: construye sus tramas desde lo cotidiano para, mediante digresiones, pasearnos por relatos y personajes que a su vez engendran más relatos y nos presentan nuevos personajes, historias dentro de las historias, novelas en la novela.

Mi adicción a Paul Auster comenzó hace ya tiempo con El Palacio de la Luna (1989), regalo de mi amigo Paco; Leviatán (1992) confirmó el hallazgo. Pero si alguien me pide opinión para adentrarse en sus ficciones creo que tampoco debería perderse las más recientes El libro de las ilusiones (2002) y Brooklyn Follies (2006).

"Habla ya antes de que sea demasiado tarde... Después de todo, se acaba el tiempo. Quizá sea mejor que de momento dejes tus historias a un lado y trates de indagar lo que ha sido vivir..." Así comienza Paul Auster este Diario de invierno, evocación de episodios de su vida desde los umbrales de la vejez. Y así termina: "Tus pies descalzos en el suelo frío cuando te levantas de la cama y vas a la ventana. Tienes sesenta y cuatro años. Afuera, la atmósfera es gris, casi blanca, no se ve el sol. Te preguntas: ¿Cuántas mañanas quedan? Se ha cerrado una puerta. Otra se ha abierto. Has entrado en el invierno de tu vida".

domingo, 1 de abril de 2012

Titanic

Hace poco se ha subastado por internet, alcanzando en la puja los quince mil dólares, uno de los cuatro dibujos que el director James Cameron realizó en 1997 para su oscarizada película Titanic. En el fotograma del film mostrado a continuación, Jack Dawson (Leonardo Di Caprio) se afana con el retrato de su amada Rose Dewitt Bukater (Kate Winslet), simplemente ataviada con un pedrusco.


El próximo día 14 de abril se cumplen cien años del accidente del Titanic. Con 46.000 toneladas de registro bruto, más de 275 m de largo, una manga de 28 m y 15 m de calado, era sin duda el trasatlántico más grande y lujoso del mundo en su tiempo.

Fue equipado con las más avanzadas tecnologías disponibles: moderna maquinaria de vapor, nuevo diseño de hélice de tres palas, potente estación de telegrafía... El casco estaba dividido con mamparos herméticos en 17 secciones independientes por lo que se creía que podía mantenerse a flote aún en caso de rotura; era considerado por la prensa de entonces como "insumergible".

"El 10 de abril de 1912, el Titanic, construido en los astilleros de Harland and Wolff en Belfast (Irlanda del Norte), inició su viaje inaugural partiendo desde Southampton (Inglaterra) con más de 2.200 personas a bordo con destino a Cherburgo, Queenstown y finalmente a Nueva York. Cuatro días más tarde, a las 23:40 del 14 de abril, el buque chocó con un iceberg al sur de las costas de Terranova, y se hundió a las 2:20 de la mañana del 15 de abril. El siniestro se saldó con la muerte de más de 1.500 personas, el peor desastre marítimo en tiempo de paz hasta el momento".

A pesar de cumplir con todas las normativas marítimas de la época, el barco sólo llevaba botes salvavidas para 1.178 personas; aún así sólo se salvaron 705. Al parecer, una de las causas del elevado número de víctimas fue el rígido protocolo de salvamento que se siguió en el proceso de evacuación de la nave: el de todos conocido "mujeres y niños primero".

 (Por cierto: dicen las malas lenguas que Schettino, comandante del crucero Costa Concordia recientemente naufragado, como no podía ser de otra manera experto conocedor de la historia de su oficio, quiso ponerse a salvo de tamaño desorden y tomó las de Villadiego -Burgos- a las primera de cambio, y a la advertencia de la marinería que desde el puente le gritaba mientras se alejaba del barco que había "mujeres a bordo" respondió que el no estaba para follar en ese momento y que, lamentándolo mucho, tenía prisa por telefonear a su preocupada madre para comunicarle que había logrado ponerse a salvo del naufragio).

Pérez-Reverte en su página Patente de Corso del XLSemanal de hoy, que fiel a su estilo aprovecha para parangonar el hundimiendo del Titanic con nuestro actual hundimiento, "la coincidencia de fechas entre el aniversario del desastre y la que está cayendo no es casual", opina que la película de Cameron es estupenda pero añade que "la mejor en mi opinión, la más rigurosa y perfecta es La última noche del Titanic dirigida por Roy Baker sobre un guión nada menos que de Eric Ambler, basado a su vez en un libro conciso y magnífico de Walter Lord, A night to remember -así se titula la película en inglés-, que ninguna de las obras posteriores logró superar nunca. El libro de Lord, publicado en 1954, acabo de verlo en bolsillo, recién editado, con el mismo título: La última noche del Titanic".

Quiero despedir esta entrada de hoy dedicándola al amigo Discrepante, experto en barcos, por haber sido el primero en realizar un comentario en este mi blog; queda emplazado para futuras colaboraciones.


Cartel de 'La última noche del Titanic' dirigida por Roy Baker en 1958.


 Ay, ay, ay, ay,
en el salón la orquesta está tocando un fox:
una canción que cual neblina resbala
hasta la sentina del vapor.

Hasta que se inundó de sal
el diapasón del violonchelo,
la orquesta del Titanic no dejó de tocar
el fox de los ahogados sin consuelo.

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina
La Orquesta del Titanic
Sony & Javier Limón, 2012


Fotograma de 'La última noche del Titanic' recordado por Serrat y Sabina.

Crisis

(Cuanto más abrevo de la 'Wikipedia' más pasmo me produce. Comprueben ustedes mismos:)

Crisis (del latín crisis, a su vez del griego κρίσις) es una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, pues si no serían meras reacciones automáticas como las físico-químicas. Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución. Las crisis pueden ocurrir a un nivel personal o social. Pueden designar un cambio traumático en la vida o salud de una persona o una situación social inestable y peligrosa en lo político, económico, militar, etc. También puede ser la definición de un hecho medioambiental de gran escala, especialmente los que implican un cambio abrupto. De una manera menos propia, se refieren con el nombre de crisis las emergencias o las épocas de dificultades.

El Roto, El País 31.03.2012

Forges, El País 26.02.2012