ANTOLOGÍA DE POETAS PROSTITUTAS CHINAS (Siglo V - Siglo XXI)
Recopilación e introducción de Guojian Chen
Colección Visor de Poesía nº 762 (Madrid, 2010)
Tan llamativo título recopila un manojo de sencillos poemas breves de contenida emotividad: melancólicas nostalgias a la espera del amado con pinceladas de imágenes de la naturaleza (bambú mecido por la brisa bajo el resplandor de la luna llena con el arrullo de fondo de las cristalinas aguas de un arroyo y ese tipo de cosas). Además, como la edición es bilingüe, podemos entretenernos en intentar descifrar los ideogramas de las páginas impares.
Los breves datos biográficos de las últimas páginas sobre las autoras nos cuentan lo esperado: mujeres resignadas a prostituirse para sobrevivir, maltratadas por el destino y acosadas por la miseria; a veces educadas por matronas en ambientes cultos, que llegan a ser famosas por su erudición, habilidad con el laud, el canto, los versos, la caligrafía o la pintura, y que logran dejar el oficio al casarse con algún funcionario pudiente que les cambia la vida, hasta que enviudan y vuelven a su vida anterior, se suicidan o se meten a monjas taoistas.
Ahora bien, sin duda lo que más llama la atención del libro es la introducción del tal Juan Chen. Vamos a ello:
"Puede haber gente que se escandalice ante el título de este libro y pregunte: -¿Será un error de imprenta? ¿Será un cuento chino?.
No, no es ni lo uno ni lo otro. Ha habido, efectivamente, poetas prostitutas en China, y no unas cuantas solamente. De las antologías que hemos consultado para la elaboración de este trabajo podemos deducir que hubo cerca de doscientas poetisas que habían ejercido prostitución.
Según los datos ofrecidos en Trescientos poemas shi y ci de poetisas prostitutas de todos los tiempos que recoge versos de 177 autoras, ha habido un grupo de 23 poetas prostitutas que publicaron 26 antologías personales, lo que demuestra que ellas constituyen un grupo peculiar de autoras nada despreciable en la literatura china, un fenómeno socio-cultural que existió hasta el siglo XIX y que no son casos aislados que puedan ser pasados por alto, aunque la cifra de doscientas es minúscula ante la de más de diez mil poetas que han aparecido a lo largo de la historia de China."
Y después de un breve análisis histórico finaliza con el siguiente párrafo:
"No quiero terminar sin expresar mi deseo de que el libro sea recibido por el lector sin el prejuicio y desprecio que existe todavía indiscriminadamente hacia todas aquellas que sufren la explotación sexual, aunque sea contra su propia voluntad."
O sea, y por este mismo orden, que ojalá nos escandalicemos con el título y así compremos el libro, que el que haya algunas poetas prostitutas en China entre más de diez mil poetas documentados no deja de ser una normalidad estadística -además de que de todos es sabido que en China hay gente pa' tó- y que la pasmosa coda final de la introducción no es sino un parche con el que el autor pretende ponerse a salvo de las iras feministas.
Intelectualizar lo popular hace que se pierda la natural frescura: enfatizar que a lo largo de quince siglos en china "hubo cerca de doscientas poetisas que habían ejercido prostitución" no hace sino remarcar la obvia realidad, esto es que a lo largo de quince siglos hubo cerca de doscientas prostitutas que se habían atrevido con la poesía.
En fin, si los recopiladores de los poemas hubieran sido Valverde, León y Quiroga, en lugar del tal saborío Juan Chen, nos hubieran regalado una introducción en donde nos contarían que algunas de aquellas, especialmente las de ojos verdes, verdes como la albahaca, verdes como el trigo verde y el verde, verde limón, que apoyás en los quicios de las mancebías sonreían a los hombres que pasaban mientras se encendían las noches de mayo, mataban las esperas puliendo versos.
Y es que en China hay gente pa' tó pero el gracejo es de exclusividad andaluza.
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